lunes, 3 de marzo de 2014

Terapia cognitiva y sus principios (Cap. 1)

TERAPIA COGNITIVA
 

EXISTEN CIERTOS PRINCIPIOS QUE SUBYACEN EN TODA APLICACIÓN DE LA TERAPIA COGNITIVA:

PRINCIPIO 1: La terapia cognitiva se fundamenta en una formulación dinámica del paciente y sus problemas planteados en términos cognitivos. El terapeuta intenta conceptualizar las dificultades, desde el comienzo trata de identificar el pensamiento presente y sus comportamientos problemáticos. El terapeuta basa sus formulaciones en los datos que el paciente le provee en la primera entrevista y va profundizando el marco teórico a medida que ella o el paciente le aportan más datos a lo largo de la terapia.

PRINCIPIO 2: La terapia cognitiva requiere de una sólida alianza terapéutica. El terapeuta demuestra interés por él paciente haciendo afirmaciones empáticas, escuchando con atención, sintetizando adecuadamente las ideas y sentimientos que el paciente expresa, mostrando una actitud realista y optimista.

PRINCIPIO 3: La terapia cognitiva enfatiza la colaboración y la participación activa. El terapeuta alienta al paciente a considerar la terapia como trabajo en equipo. Al comienzo el terapeuta es más activo respecto  de las sugerencias sobre la dirección que debe tomar la terapia y en la confección de la síntesis del trabajo efectuado en cada encuentro a medida que el paciente va mejorando.

PRINCIPIO 4: La terapia cognitiva está orientada hacia objetivos y centrada en problemas determinados. El terapeuta pide al paciente en la primera sesión que enumere sus problemas y que fije objetivos específicos. El terapeuta le ayuda a evaluar los pensamientos que interfieren con sus objetivos y a tomar medidas al respecto.

PRINCIPIO 5: La terapia cognitiva inicialmente destaca el presente. El tratamiento de la mayor parte de los pacientes, implica poner un fuerte énfasis en los problemas actuales y en las situaciones específicas que alteran al paciente. El terapeuta cognitivo, por lo tanto, puede comenzar la terapia con un examen del aquí y ahora, independientemente de cuál sea el diagnostico.

PRINCIPIO 6: La terapia cognitiva es educativa, tiene por objeto enseñar al paciente a ser su propio terapeuta, y pone énfasis en la prevención de las recaídas. En la primera sesión, el terapeuta instruye al paciente acerca de la naturaleza y el desarrollo de su trastorno, del proceso de terapia cognitiva y del modelo cognitivo. No solo ayuda a establecer objetivos, identificar y evaluar sus pensamientos y creencias, si no a planificar sus cambios de conducta y además le enseña cómo hacerlo.

PRINCIPIO 7: La terapia cognitiva tiende a ser limitada en el tiempo. La mayor parte de los pacientes con depresión y angustia, se tratan durante un periodo que va desde 4 a 14 sesiones. Hay pacientes que no hacen suficientes progresos.

PRINCIPIO 8: Las sesiones de terapia cognitiva son estructuradas, no importa cuál sea el diagnostico o la etapa del tratamiento, el terapeuta cognitivo tiende a armar una estructura establecida para cada sesión.

PRINCIPIO 9: La terapia cognitiva ayuda a los pacientes a identificar y a evaluar sus pensamientos y comportamientos disfuncionales y a actuar en consecuencia.


PRINCIPIO 10: La terapia cognitiva se sirve de una variedad de técnicas para cambiar el pensamiento, el estado de ánimo y la conducta. Si bien las estrategias cognitivas, tales como el cuestionamiento socrático y el descubrimiento guiado son muy importantes en esta terapia, también se utilizan dentro de un marco cognitivo, técnicas que provienen de otras orientaciones terapéuticas. 

La conceptualización cognitiva (Cap. 2)

LA CONCEPTUALIZACIÓN COGNITIVA

En esta parte, es donde el terapeuta se provee del marco necesario para comprender al paciente. El terapeuta plantea distintas preguntas.

El terapeuta establece entonces, una hipótesis acerca del modo como el paciente llegó a desarrollar su trastorno psicológico. Y de esta forma encuentra la manera de cómo abordar y obtener información sobre aprendizajes y experiencias tempranas, las creencias subyacentes, la forma en que sobrelleva creencias disfuncionales, entre otras situaciones.

Desde el primer contacto el terapeuta comienza a construir una conceptualización cognitiva del paciente y sigue profundizando hasta la última sesión. Esto ayuda a planificar una terapia eficaz y eficiente.

Ø  El modelo cognitivo:

La terapia cognitiva se basa en el modelo cognitivo, que plantea la hipótesis de que las percepciones de los eventos influyen sobre las emociones y los comportamientos de las personas. Los sentimientos no están determinados por las situaciones mismas, sino más bien por el modo las personas interpretan esas situaciones.

Los sentimientos de las personas asociadas con su forma de pensar e interpretar una situación. No es la situación misma la que determina en forma directa lo que sienten.

La respuesta emocional está condicionada por la percepción de la situación. El terapeuta cognitivo se interesa especialmente por el nivel de pensamiento que opera simultáneamente con el pensamiento superficial que es el más evidente.

En términos cognitivos, cuando los pensamientos disfuncionales son sometidos a la reflexión racional, las emociones suelen modificarse.

ü  ¿De donde surgen los pensamientos automáticos?
ü  ¿Por qué razón distintas personas interpretan la misma situación de modos completamente diferentes?
ü  ¿Por qué una misma persona puede interpretar una situación de dos maneras distintas en dos momentos diferentes.

La respuesta a estos cuestionamientos surge del fenómeno cognitivo más perdurable: “Las creencias”. Esto que es sus pensamientos, comportamientos, emociones dependerá de las creencias que la persona tenga y de su historia de vida.

Ø  Las creencias:

A partir de su infancia, las personas desarrollan ciertas creencias acerca de ellas mismas, las otras personas y el mundo. Las creencias centrales son ideas tan fundamentales y profundas que no suelen expresar, ni siquiera ante uno mismo. Estas ideas son consideradas por la persona como verdades absolutas, creyendo que es así como las “cosas son”.

Las creencias centrales constituyen el nivel más esencial de creencia. Son globales, rígidas y se generalizan en exceso. Los pensamientos automáticos, que son las palabras e imágenes que pasan por la mente de la persona, son, en cambio, específicos para cada situación y se considera que constituyen el novel más superficial de la cognición.

Ø  Actitudes, reglas y presunciones:

Las creencias centrales inciden en el desarrollo de una clase intermedia de creencias, que consisten en actitudes, reglas y presunciones, a menudo son expresadas.

Creencias centrales---->     Creencias intermedias---->         Pensamientos automáticos

Las creencias centrales y las intermedias se originan desde las primeras etapas de su desarrollo, las personas tratan de comprender su entorno. Necesitan, organizar experiencias de una manera coherente para lograr la adaptación que necesitan. La interacción con el mundo y los demás las llevan a ciertos aprendizajes que conforman sus creencias y son variables en cuanto a su grado de exactitud y funcionalidad.

El curso habitual del tratamiento en la terapia cognitiva implica usualmente que en los inicios se ponga más énfasis en los pensamientos automáticos. Que son conocimientos más cercanos a la conciencia. El terapeuta enseña al paciente a reconocer, evaluar y modificar sus pensamientos para lograr un alivio de los síntomas, luego el tratamiento se centra en las creencias y pensamientos que subyacen en las ideas disfuncionales.

Ø  Relación entre la conducta y los pensamientos automáticos:

En una situación específica, las creencias subyacentes de una persona influyen sobre sus percepciones, y esto se expresa por medio de pensamientos automáticos específicos para esa situación.

Ø  Las preguntas básicas que se plantea un terapeuta son:

¿Cómo llego este paciente a esta situación?
¿Qué debilidades y acontecimientos de su vida fueron significativas al respecto?
¿Cuáles son sus pensamientos automáticos y de que creencias surgen?

Es importante que el terapeuta se ubique en el lugar del paciente para que pueda así desarrollar empatía respecto de la situación que está atravesando, comprender cómo se siente y percibir el mundo a través de sus ojos.

Las conductas, las percepciones, los pensamientos y emociones del paciente se harán comprensibles a partir de su historia y su conjunto de creencias. Para el terapeuta puede resultar útil considerar a la terapia como un viaje y a la conceptualización como un mapa de ruta. El junto con su paciente examinan los objetivos de la terapia y el destino final.

A medida que el terapeuta adquiere experiencia y habilidad en la conceptualización, logra completar los detalles relevantes del mapa de ruta, su eficacia y efectividad se acrecientan.


La conceptualización comienza durante el primer contacto con el paciente y se va profundizando en cada nuevo encuentro. 

La estructura de la primera terapia: Primera sesión (Cap. 3)

LA ESTRUCTURA DE LA PRIMERA TERAPIA: Primera sesión

El objetivo principal es lograr que el proceso de la terapia sea comprensible, tanto para él como para el paciente. El profesional busca además que la terapia sea eficaz.

Para el paciente es mejor sentirse comprendido y saber la responsabilidad de él y del terapeuta, se debe tener una expectativa clara de todo. Se propone a los terapeutas que comprueben la veracidad de estas ideas implementando la estructura tal como se específica y tomando nota de los resultados.
Los elementos básicos de una sesión de terapia cognitiva son una breve actualización, se conecta con la sesión anterior, la formulación de un plan, la revisión de las tareas para el hogar, el abordaje de uno o varios problemas, una síntesis y retroalimentación por parte del paciente.

Ø  Objetivos y estructura de la sesión inicial:

El terapeuta revisa los resultados de la evaluación que se hizo del paciente durante la admisión. Los problemas planteados por el paciente, su funcionamiento actual, sus síntomas y su historia ayudan al terapeuta a realizar una conceptualización inicial y a establecer un plan general para la terapia.

Ø  Los objetivos del terapeuta en la sesión inicial:

1.    Crear confianza y rapport.
2.    Iniciar al paciente en la terapia cognitiva.
3.    Instruir al paciente respecto de su trastorno, del modelo cognitivo y del proceso de la terapia.
4.    Normalizar las dificultades del paciente e inculcarle esperanza.
5.    Averiguar las expectativas del paciente respecto de la terapia.
6.    Recabar información adicional acerca de las dificultades del paciente.
7.    Utilizar esta información para desarrollar una lista de objetivos.

Ø  Lo que se recomienda para la primera sesión es:

1.    Establecer un plan.
2.    Controlar el estado de ánimo.
3.  Revisar el problema que se presenta y efectuar una actualización del estado en que se encuentra.
4.    Identificar problemas y establecer objetivos.
5.    Instruir al paciente acerca del modelo cognitivo.
6.    Averiguar las expectativas del paciente respecto de la terapia.
7.    Instruir al paciente respecto de su trastorno.
8.    Fijar tareas para el hogar.
9.    Hacer una síntesis.
10. Lograr retroalimentación pro parte del paciente.

Es importante comenzar a establecer la confianza y el rapport con los pacientes desde la primera sesión. El terapeuta transmite en forma implícita y, a veces, en forma explícita los siguientes mensajes: que se preocupa por el paciente y que confía en que podrán trabajar juntos.

Para demostrar respeto y colaboración, al final de cada sesión, el terapeuta también se ocupa de averiguar cuál es la percepción que el paciente tiene del proceso terapéutico y del terapeuta.

La retroalimentación por parte del paciente permite al terapeuta saber si está resultando empático, competente y comprensivo y también lo habilita para realizar, en esta etapa temprana, correcciones de cualquier percepción errónea.

Ø  Establecer plan:

Es muy importante introducir al paciente en la terapia cognitiva. Lo ideal es que el plan se establezca en forma rápida y precisa. La explicación del funcionamiento hace más comprensible el proceso de la terapia para el paciente y lo ínsita a tener una participación activa de una manera estructurada y productiva. Cuando no se logra establecer bien los planes, suelen producirse algunos diálogos improductivos, ya que el terapeuta y el paciente no pueden centrarse en las cuestiones más importantes para este.

Ø  Control del estado de ánimo:

Una vez establecido el plan para la primera sesión, el terapeuta realiza un breve control del estado de ánimo. Se pueden utilizar algunos cuestionarios objetivos, tales como: El inventario de Ansiedad de Beck y Escala de Desesperanza de Beck, estos cuestionarios ayudan al paciente y al terapeuta a controlar con objetividad el estado anímico del paciente.

Ø  Revisión de la presentación, identificación de problemas y establecimiento de objetivos:

El terapeuta revisa brevemente el problema de la paciente. Le solicita que lo ponga al día y luego centra su atención en los problemas específicos que lo aquejan.

El terapeuta revisa los problemas de la paciente, determina que ella no se encuentra en una situación de riesgo de suicidio y observa que no ha habido cambios significativos desde la evaluación inicial.

Al comienzo de la sesión, el terapeuta hace que el o la paciente adopte un papel más activo, pidiéndole que escriba. Le sugiere lo que debe escribir ya que para ella o el no es evidente. El terapeuta asume la tarea de escribir cuando se trata de pacientes que no pueden hacerlo o que tienen fuertes objeciones al respecto.

El terapeuta también guía a la paciente para que especifique un objetivo global en términos de comportamiento.

Ø  Instruir al paciente acerca del modelo cognitivo:

Uno de los principales objetivos de la terapia cognitiva es enseñar al paciente a convertirse en su propio terapeuta cognitivo. Desde el comienzo, el terapeuta averigua lo que el paciente ya sabe acerca de este tipo de terapia.

Ø  Las expectativas acerca de la terapia:

Los pacientes suelen comenzar la terapia pensando que se trata de algo místico o insondable y que no serán capaces de comprender como es el proceso mediante el cual mejoran. El terapeuta cognitivo por el contrario, pone énfasis en explicar que este tipo de terapia es ordenada y racional y que los pacientes mejoran, porque se comprenden mejor así mismos, resuelven problemas y adquieren herramientas que pueden aplicar por su cuenta.

Es bueno que en la primera sesión el terapeuta brinde al paciente una idea general acerca del tiempo que deberán estar en terapia. La mayoría de los pacientes progresa satisfactoriamente con una sesión semanal, excepto los que están muy deprimidos o angustiados, los que presentan conductas suicidas o evidencian claramente que necesitan más contención.

Ø  Instruir al paciente acerca de su trastorno:

La mayoría de los pacientes quieren conocer su diagnóstico general, asegurarse de que no están locos, saber que su terapeuta ha ayudado antes a otros pacientes semejantes a ellos y que no considera extraños.

Ø  Fin de la sesión y asignación de tareas para el hogar:

La síntesis final une distintos hilos de la sesión, la síntesis final une distintos hilos de la sesión y refuerza los puntos principales. En las primeras sesiones, es el terapeuta quién realiza el resumen.


El terapeuta deja tareas para el hogar en donde busca asegurarse de que las tareas para el hogar resulten exitosas.

Segunda sesión y siguientes: estructura y formato (Cap. 4)

SEGUNDA SESIÓN Y SIGUIENTES: ESTRUCTURA Y FORMATO

Es en la segunda sesión en donde se utiliza un formato que es repetitivo en todas las sesiones siguientes.

El plan común a aplicar a partir de la segunda sesión en adelante, se describe a continuación:
1.    Breve actualización y control del estado de ánimo, así como uso de medicamentos, alcohol, drogas, estos ejemplos son solamente de ser necesaria su mención.
2.    Se hace una revisión de la sesión anterior.
3.    Se planifica.
4.    Se revisa la tarea para el hogar que se dejo la sesión anterior.
5.    Se conversa sobre los temas que ya habían sido planificados, se asignan nuevas tareas para el hogar, y se hacen periódicamente síntesis de la información.
6.    Se hace un resumen final y una retroalimentación.

En la segunda sesión, el terapeuta tiene como objetivo ayudar al paciente a escoger un problema u objetivo en el que centrarse, comenzar a resolver problemas y reforzar el modelo cognitivo y la identificación de pensamientos automáticos. El terapeuta debe continuar instruyendo al paciente respecto de la terapia cognitiva para que se ajuste a la estructura de la sesión, al trabajo conjunto, la retroalimentación al terapeuta y la consideración de sus experiencias pasadas y presentes a la luz del modelo cognitivo. De notar el terapeuta que el paciente se siente mejor, debe hacer modificaciones e implementar el trabajo de prevención para de esta forma no haya recaídas.

Ø  Breve actualización y control del estado de ánimo (y la medicación):

El control del estado de ánimo suele ser breve y se le puede combinar con una reseña de la semana pasada. El terapeuta solicita una descripción subjetiva por parte del paciente y la controla con los puntajes de las pruebas objetivas, (pruebas como el inventario de depresión por ejemplo). Si el terapeuta encuentra diferencia en los resultados de su descripción y entre los resultados de las pruebas, se requiere de una interrogación al paciente, para indagar los motivos.
Cuando el terapeuta nota un pequeño cambio en el estado de ánimo,  debe pedir una explicación, de ser necesario, sugiere que el progreso es el fruto de cambios en la conducta o el pensamiento del paciente.

Para indagar sobre el porqué de este cambio, se pueden hacer algunas preguntas tales como:

Te sientes mejor, pero… ¿sabes por qué?
ü  ¿Has notado algún cambio en tu pensamiento o en las cosas que hiciste esta semana?

Y si el cambio fue para mal, se le indaga de esta forma:
ü  ¿Por qué crees que te has sentido peor esta semana?
ü  ¿Podría tener algo que ver con tus pensamientos, o con las cosas que hiciste o no hiciste?

De esta manera, el terapeuta puede reconocer, reforzar o modificar las explicaciones del paciente y así obtener una mejoría o su falta de mejoría.

Ø  Puente desde la sesión anterior:

Esto es para indagar sobre la percepción y comprensión del paciente acerca de la sesión anterior. Al saber el paciente que se le harán preguntas al respecto, se motivara para la siguiente sesión pensando en lo trabajado en la anterior.

Si el paciente no logra recordar sus reacciones o los puntos más importantes de la sesión previa, el terapeuta y el paciente apelan a técnicas de resolución de problemas para que pueda recordar mejor lo que se trabajo en la sesión actual, es entonces cuando se sugiere el uso de un “formulario puente entre sesiones”, que deberá ser completado para la siguiente sesión, mentalmente o por escrito.

Ø  Formulario puente entre sesiones:

1.    ¿Qué punto importante tratamos en la sesión anterior? ¿Qué aprendió usted?
2.    ¿Hubo algo que le molestara en la sesión anterior? ¿Hay algo que le cueste manifestar?
3.    ¿Cómo transcurrió la semana? ¿Cómo ha sido su estado de ánimo, comparándolo con el de otras semanas?
4.    ¿Sucedió esta semana algo que merezca la pena de ser discutido?
5.    ¿Qué problemas desea incluir en el plan?
6.    ¿Qué tareas hizo/no hizo? ¿Qué aprendió?

Si el paciente hace algún comentario de que algo de la sesión anterior le causo molestia, el terapeuta debe examinar  o incluir un plan en ese mismo momento.

Ø  Establecer el plan:

Es común que el terapeuta asuma la mayor responsabilidad en el planteamiento de las primeras sesiones y luego, en forma gradual, va transfiriendo la responsabilidad al paciente, por esto es importante que el paciente aprenda las habilidades necesarias para armar su plan, de modo que pueda seguir valiéndose de ellas una vez finalizada la terapia.

Al principio es necesario que al paciente se le incentive a sugerir temas para el plan, en ocasiones no logra reconocer con exactitud qué cosas le molestan, o no encuentran el tema adecuado, por esto el terapeuta lo instruye para que planteen el problema que requiere alguna clase de ayuda para alcanzar la solución, haciéndole preguntas como:

ü  ¿De qué problema o problemas deseas ocuparte hoy?
ü  ¿Qué pondrías en el plan, para recibir ayuda el día de hoy?
ü  ¿Sobre qué temas deberíamos trabajar hoy?

Puede suceder que durante la sesión, por diversos motivos, el terapeuta puede sugerir cambios en la distribución de tiempo. Puede hacerlo sí, el paciente está muy preocupado por algún asunto en particular y necesita más tiempo para hablar sobre eso, También puede suceder que surja algún tema nuevo, que sea de particular relevancia, a veces el cambio debe efectuarse porque el estado de ánimo del paciente empeora durante la sesión. El terapeuta suele también tratar de evitar que el paciente se adentre en temas periféricos que no estaban incluidos en el plan y que no resulten prometedores para el avance en la sesión. 

Ø  Revisión de las tareas para el hogar:

Estudios informan que los pacientes que hacen regularmente sus tareas para el hogar, mejoran más que aquellos que no las hacen. Efectuar una revisión de las tareas para el hogar en cada sesión refuerza el comportamiento y pone de manifiesto el valor de las efectuadas en la semana.

El terapeuta debe tratar de revisar todas las tareas para el hogar durante la sesión. Si las tareas no se controlan en las sesiones, el paciente puede creer que no son importantes, y el cumplimiento desciende significativamente.
  
Ø  Tratamiento de los problemas establecidos en el plan, asignación de nuevas tareas  resúmenes periódicos:

La mayor parte del tiempo, el terapeuta debe preguntar al paciente con cuál de los temas del plan desea comenzar. De esta manera otorga al paciente la posibilidad de ser más activo y asertivo y le permite tomar más responsabilidades. Hay ocasiones en donde el terapeuta asume la iniciativa de seleccionar algún punto en particular, ya que puede considerar que esta elección llevará a un mayor avance de la sesión.

El terapeuta introduce sus propios objetivos en los momentos adecuados, cualquiera que sea el tema de discusión.

Ø  Síntesis periódicas:

A lo largo de la sesión, el terapeuta realiza dos clases de resúmenes. La primera es una síntesis breve, que se lleva a cabo una vez completada cada parte de la sesión, para que tanto el paciente como el terapeuta tengan una clara comprensión de lo que han logrado y de lo que harán a continuación.

Otro tipo de síntesis es la que se realiza sobre los contenidos que el paciente expone. Aquí el terapeuta resume brevemente los aspectos centrales de las afirmaciones del paciente tratando de usar sus mismas palabras. A menudo, el paciente ha descripto una situación con muchos detalles. El terapeuta la sintetiza para asegurarse de que ha captado cuál es el elemento problemático para el paciente y con el objeto de presentarla de un modo más conciso y claro para ambos, poniendo en práctica una vez más el modelo cognitivo, de una manera sutil.

Ø  Resumen final y retroalimentación:

En el resumen final el terapeuta se abstiene de activar pensamientos negativos y perturbadores en el paciente, aquí el objetivo es aclarar al paciente los puntos principales tratados durante la sesión de una manera sencilla. Cuando se trata de las primeras sesiones, es el terapeuta quién hace la síntesis, a medida que el paciente avanza en la terapia, se hace cargo de esta tarea.

Ø  Tercera sesión y posteriores:

El contenido varía según los problemas y objetivos del paciente y los pronósticos del terapeuta.

A medida que la terapia progresa, se produce una gradual transferencia de las responsabilidades al paciente. Hacia el final de la terapia es el paciente quién designa la mayor parte de los temas de las sesiones, para esto puede utilizar herramientas tales como la de Registro de Pensamiento Disfuncional para evaluar sus pensamientos, diseña su propia asignación de tareas y resume la sesión.

Gradualmente se va pasando del énfasis inicial sobre los pensamientos automáticos a un trabajo tanto sobre estos pensamientos, como sobre las creencias subyacentes.
El terapeuta se dedica a los cambios de conducta para que el paciente pueda poner a prueba ciertos pensamientos o creencias, además para que practique nuevas habilidades, tales como la asertividad.

Cuando el terapeuta planifica cada sesión, siempre tiene en cuenta en qué etapa de la terapia se encuentra. El terapeuta escribe en la hoja de notas los temas que se han planificado, pero está preparado para eliminar temas si es necesario. Mientras el paciente le informa acerca de su estado de ánimo, revisa lo ocurrido en la semana y especifica los temas por tratar, el terapeuta debe pensar el objetivo o los objetivos de la sesión.


El terapeuta toma notas de la sesión con el objeto de profundizar la conceptualización, mantenerse al tanto de lo que se trabaja y planificar futuras sesiones. Resulta de gran utilidad que las notas del terapeuta contengan los temas que se han trabajado, los pensamientos y creencias y la fuerza de la creencia inicial en ellos, como así también de las intervenciones practicadas en la sesión, el éxito relativo de estas, los nuevos pensamientos y creencias que se han estructurado y el grado de creencia en ellos.