lunes, 3 de marzo de 2014

Las imágenes mentales (imaginería) (Cap. 13)

LAS IMÁGENES MENTALES (imaginería):

Se tiene que enseñar al paciente a identificar sus imágenes espontáneas y cómo realizar intervenciones terapéuticas tanto sobre las imágenes espontáneas como sobre las inducidas. Si bien, muchos pacientes generan imágenes automáticas, son muy pocos los que las refieren. Las imágenes suelen ser muy breves y perturbadoras. Muchos pacientes las apartan rápidamente de su mente, pero si no logran identificarlas y combatirlas, pueden sentir sus efectos negativos de manera permanente.

Ø  Identificación de imágenes:

Para enseñar a los pacientes a reconocer las imágenes mentales e intervenir sobre las que son perturbadores, el terapeuta trata de descubrir una imagen mental espontánea que el paciente ha tenido o de inducir una en la sesión.

Cuando el terapeuta se limita a usar la palabra imagen, muchas veces los pacientes no llegan a captar el concepto, por esto es aconsejable utilizar sinónimos tales como fotografía mental, ensoñación, fantasía, imaginación y recuerdo.

Ø  Instruir a los pacientes acerca de las imágenes mentales:

Algunos pacientes pueden identificar imágenes, pero no las refieren a sus terapeutas porque son gráficas y perturbadoras. Son reticentes porque no desean volver a experimentar la tensión o el miedo delante del profesional, para que él no los vea alterados, si el terapeuta logra darse cuenta de esta situación, debe referirse a la experiencia de las imágenes.

Instruir al paciente respecto de las imágenes suele contribuir a la reducción de la angustia y torna más probable la identificación de ellas. Muchas veces el terapeuta debe insistir en la enseñanza de la identificación de imágenes hasta que nota que el paciente lo ha logrado.

Si el paciente sigue experimentando dificultades para identificar imágenes espontáneas, el terapeuta puede inducir una imagen relacionada con una situación menos amenazante.

Ø  Combatir las imágenes espontáneas:

Una vez que el terapeuta ha comprobado que el paciente convive con frecuentes imágenes perturbadoras, le enseña diversos modos de responder frente a ellas, por lo que le provee de muchas técnicas distintas para ayudar a los pacientes a combatir sus imágenes automáticas. El terapeuta, le aconseja al paciente a que practique muchas veces las técnicas, dentro y fuera de sesión, para aumentar la eficacia.

Ø  Seguir las imágenes hasta su conclusión:

Esta técnica es muy útil, por lo tanto debe de enseñarse a primer término, puede ayudar al terapeuta y al paciente a conceptualizar mejor el problema, llevar a la reestructuración cognitiva de la imagen y brindar alivio para la situación. El terapeuta es aquí donde alienta al paciente para que siga construyendo una imagen espontánea, pudiendo ocurrir opciones como por ejemplo, que el paciente imagina la solución de una crisis y se siente mejor, o bien imagina una catástrofe final, tal como la muerte.

Dar un salto hacia adelante en el tiempo:

Hay ocasiones, que cuando se sigue una imagen hasta su conclusión, no se logran los resultados esperados, porque el paciente continúa imaginando más y más obstáculos o hechos perturbadores, sin que se pueda vislumbrar un final, es aquí cuando el terapeuta puede sugerir que el paciente se imagine a sí mismo en algún momento del futuro.

Tolerar la imagen:

Hay otra técnica consiste en guiar al paciente para que imagine que está tolerando mejor la situación difícil que ha visualizado espontáneamente.

Cambiar la imagen:

Otra técnica consiste en ayudar al paciente a identificar una imagen y luego volverá a evocarla, cambiando el final. Cambiar la imagen, conduce a conversaciones productivas relacionadas con la resolución de problemas, algunas imágenes sugieren cambios más mágicos.

Comprobar la realidad de la imagen:

El terapeuta enseña al paciente a tratar la imagen como si fuese un pensamiento automático verbal, usando el cuestionamiento socrático estándar. Si existiera otra situación, el terapeuta enseña a la paciente a comparar una imagen espontánea con lo que realmente está sucediendo. Cuando se está tratando de imágenes, es preferible utilizar las técnicas específicas más que las técnicas verbales sugeridas, las imágenes tienden a responder mejor a ese tipo de intervenciones. Sin embargo, cuando el paciente posee muchas imágenes vividas y perturbadoras, se puede beneficiar usando una combinación de técnicas y entre ellas, las verbales para el control de la realidad de sus cogniciones.

Repetir la imagen:

Se suele utilizar cuando un paciente imagina claramente un desenlace exagerado, pero no catastrófico para sus imágenes. El terapeuta debe sugerir entonces que se represente una y otra vez la imagen en cuestión, y preste atención a los cambios en la representación del cuadro y al nivel de malestar que experimenta, algunos pacientes parecen hacer en estos casos un control automático del grado de realidad y pueden comenzar a ver la imagen de una manera más realista y con menos nivel de disforia.

Sustituir o detener las imágenes y distraerse de ellas:

Estas tres técnicas fueron diseñadas para lograr un rápido alivio de los efectos de las imágenes, pero por lo general no sirven para producir una reestructuración cognitiva importante.

La detención de imágenes se puede utilizar en forma aislada o seguida de sustituciones de imágenes o distracciones, en estos casos, el paciente reconoce una imagen perturbadora y trata de eliminarla. También se puede utilizar la técnica de distracción y refocalización de la atención. La conjunción de imágenes agradables y relajación podría ser otra opción, cuando el desasosiego inicial es leve o moderado, los pacientes suelen experimentar alivio con la inducción de imágenes agradables.

Ø  Revisión de técnicas para combatir las imágenes espontáneas:

Después de haber enseñado al paciente algunas estrategias para lidiar con las imágenes espontáneas, el terapeuta trata de aumentar su uso mediante la práctica.

Ø  La inducción de imágenes como respuesta terapéutica:

En ocasiones el terapeuta trata de inducir una imagen opuesta para ayudar al paciente a combatir su imagen espontánea. Un ejemplo es el ensayo encubierto para descubrir las dificultades que pueden surgir de las tareas para el hogar.

A continuación 3 técnicas:

1.    Ensayo de técnicas de apoyo:
El terapeuta utiliza esta técnica en la sesión para ayudar al paciente a practicar mentalmente estrategias de apoyo en su imaginación. Está técnica es diferente de “tolerar la imagen” porque aquí el terapeuta induce una imagen con el objetivo de practicar técnicas de terapia cognitiva, mientras que en la anterior propone al paciente que maneje mejor las situaciones que se presentan en una imagen espontánea.

2.    Distanciamiento:

El distanciamiento es otra técnica de imaginería inducida, esta pensada para disminuir la tensión y ayudar a los pacientes a ver un problema desde la perspectiva más amplia.

Otra técnica de distanciamiento que puede ayudar a los pacientes a reaccionar frente a las consecuencias imaginarias de una catástrofe.

3.    Reducción de la amenaza percibida:

Esta tiene por objeto permitir que el paciente efectúe una mejor evaluación de alguna situación amenazante.


En conclusión, la mayoría de los pacientes experimentan pensamientos automáticos bajo la forma de imágenes espontáneas. A menudo se requiere un interrogatorio persistente para que logren reconocer sus imágenes. Los pacientes que tienen frecuentes imágenes perturbadoras se benefician con la práctica regular de varias técnicas de imaginería.

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