EVALUACIÓN
DE LOS PENSAMIENTOS AUTOMATICOS
Los pacientes pueden tener miles de
pensamientos por día, algunos disfuncionales y otros no. Para que la terapia
sea efectiva, el terapeuta elige solamente uno o algunos pensamientos clave
para evaluar en una sesión determinada.
Ø Cómo decidir concentrarse es un determinado pensamiento
automático:
El terapeuta puede develar algunos o
muchos pensamientos automáticos en una determinada sesión. ¿Cómo decidir
entonces que hacer?, En realidad, él dispone de las siguientes opciones:
1.
Ocuparse
del pensamiento automático. (“¿Cuánto crees/creíste en ese pensamiento’” “¿Cómo
te hizo sentir emocionalmente?” “¿Qué hiciste después de ese pensamiento?”).
2.
Indagar
acerca de la situación asociada con el pensamiento automático. (“¿Cuándo
sucedió?” “¿Dónde estabas?” “Cuéntame más acerca de la situación”).
3.
Explorar
si es típico ese pensamiento automático. (¿Con que frecuencia tienes este tipo
de pensamiento?” “¿En qué situaciones?” “Cuánto te perturbe esta clase de
pensamiento?”).
4.
Identificar
otros pensamientos e imágenes automáticos que suelen producirse en esta situación,
(“¿paso por tu mente alguna otra cosa en ese momento?” “¿Puedes evocar algunas
imágenes?”).
5.
Apelar
a la resolución de problemas respecto de la situación asociada con el
pensamiento automático. (“Piensa en algunas cosas que podrías hacer con
respecto a esta situación.”¿Cómo has manejado este tipo de cosas en ocasiones
anteriores?” “¿Qué te gustaría hacer?”.
6.
Explorar
la creencia que subyace en el pensamiento automático. (“Si esto fuera verdad,
¿Qué significaría para ti?”).
7.
Pasar
a otro tema. (“Esta bien. Creo que he comprendido eso. Cuéntame que otra cosa
ha ocurrido esta semana”):
¿Cómo hace el terapeuta para elegir
entre estas opciones? Para decidir, debe preguntarse: (Las siguientes preguntas
ayudan para ver qué aspectos tomar para encontrar una decisión y solución).
1.
¿Qué
estoy tratando de conseguir en esta sesión? Trabajar en esto, ¿Nos ayudará a
alcanzar los objetivos terapéuticos que he fijado para esta sesión?
2.
¿Qué
cosas incluyó el paciente en la sesión? Concentrándonos en este pensamiento,
¿atacaremos el problema sobre el cual quiere trabajar? De no ser así, ¿Tenemos
tiempo suficiente para ocuparnos de lo que realmente le preocupa? ¿Encontraré
en el/la paciente suficiente colaboración para evaluar este pensamiento?
3.
¿Se
trata de un pensamiento importante, del cual debemos ocuparnos? ¿Es muy
habitual? ¿Ocuparnos de esto ayudará al paciente en más de una situación?
¿Investigar este pensamiento me ayudará a profundizar la conceptualización del
paciente?
Ø Ocuparse de un pensamiento automático:
Una vez que se ha decidido prestar
atención a un pensamiento automático, el terapeuta trata de confirmar si es
necesario investigarlo, preguntando lo siguiente:
1.
¿Cuánto
crees ahora en ese pensamiento (0-100%)?
2.
¿Cómo
te hizo sentir ese pensamiento (emocionalmente)?
3.
¿Qué
intensidad (0-100%) tiene esa emoción?
Si el grado de creencia en el
pensamiento y el grado de perturbación son bajos, es probable que el terapeuta
decida pasar a algún otro tema. Si el paciente cree fuertemente en ese
pensamiento y se encuentra significativamente perturbado por él, el terapeuta
tratará de desentrañar el cuadro haciendo preguntas acordes al modelo
cognitivo:
1.
¿Cuándo
tuviste ese pensamiento? ¿En qué situación específica?
2.
¿Qué
otros pensamientos e imágenes automáticos perturbadores tuviste en esa
situación?
3.
¿Notaste
que algo sucedía en tu cuerpo? (especialmente en el caso de pacientes ansiosos)
4.
¿Qué
hiciste luego?
Ø Interrogatorio para evaluar un pensamiento automático:
Una vez que se ha localizado un
pensamiento automático, se han evaluado su importancia y el distrés que
ocasiona y se han identificado las reacciones (emocionales, fisiológicas y del
comportamiento) que lo acompañan, el terapeuta puede decidir ayudar al paciente
a evaluarlo. El terapeuta no descalifica directamente el pensamiento automático
por dos razones.
ü En primer lugar, no
sabe de antemano si un pensamiento esta distorsionado.
ü En segundo término,
una descalificación automática viola un principio fundamental de la terapia
cognitiva: el empirismo colaborativo.
El terapeuta y el paciente deben
examinar juntos ese pensamiento, controlar su validez y/o su utilidad y
desarrollar una respuesta más adaptativa. Se debe tener en cuenta que raras
veces los pensamientos automáticos son completamente erróneos. Muchas veces contienen
un elemento de verdad y es importante reconocerlo cuando existe.
Interrogatorio acerca de pensamientos
automáticos
1.
¿Cuál
es la evidencia?
¿Cuál es la evidencia
a favor del pensamiento?
¿Cuál es la evidencia
en contra?
2.
¿Hay
alguna explicación alternativa?
3.
¿Cuál
es la peor cosa que podría ocurrir? ¿Podría sobrellevarlo?
¿Qué es lo mejor que
podría ocurrir?
¿Cuál es la
posibilidad más realista?
4.
¿Cuál
es el efecto de creer en ese pensamiento automático?
¿Cuál sería la
consecuencia en caso de cambiarlo?
5.
¿Qué
debo hacer al respecto?
6.
¿Qué
le diría a_________ (un amigo) si estuviese en esta misma situación?
Aprender a evaluar pensamientos
automáticos es una habilidad. Algunas personas la adquieren inmediatamente
mientras que otras requieren de mucha ayuda y práctica.
Hay ocasiones en donde los pacientes
tienen dificultades con las preguntas, porque no son capaces de analizar sus
pensamientos objetivamente. En estos casos, suele resultar útil hacer que el
paciente tome distancia de sus pensamientos para poder evaluarlos de manera más
racional. Una técnica adecuada para poner distancia es hacer que el paciente
imagine que un determinado amigo está pasando por una situación idéntica y que
debe aconsejarlo.
Ø Utilizar cuestionarios alternativos:
Se aconseja a los terapeutas
cognitivos principiantes que utilicen las preguntas planteadas anteriormente
como guía para la evaluación de los pensamientos automáticos. A veces puede ser
necesario modificarlas para determinados pensamientos específicos.
Dependiendo el pensamiento automático
el terapeuta modifica las preguntas para ayudar al paciente a adoptar una
perspectiva más funcional. Aunque comienza cuestionando la validez del
pensamiento, luego pone más énfasis en la creencia implícita subyacente.
Ø Identificar las distorsiones cognitivas:
Los pacientes tienden a persistir
recurrentemente en los errores de su pensamiento. Cuando el paciente expresa un
pensamiento automático, el terapeuta consigna el tipo de error que parece estar
cometiendo.
Hay pacientes a los que les agrada el
desafío intelectual de catalogar ellos mismos sus distorsiones.
Si bien, algunos pensamientos
automáticos son verdaderos, muchos son falsos o sólo contienen algo de verdad.
Los errores típicos del pensamiento entre otros son:
1.
Pensamiento de tipo
“todo o nada” (llamado también blanco y negro, polarizado o dicotómico). Usted ve la
situación en sólo dos categorías en lugar de considerar toda una gama de
posibilidades. Ejemplo: “Si no soy triunfador absoluto, soy un fracasado”.
2.
Pensamiento catastrófico
(también llamado adivinación del futuro). Usted predice el futuro
negativamente, sin tener en cuenta otras posibilidades. Ejemplo: “Estaré tan
molesto que no podré hacer nada”.
3.
Descalificar o dejar
de lado lo positivo.
Usted considera, de una manera poco razonable, que las experiencias, logros o
cualidades no valen nada. Ejemplo: “Hice bien ese proyecto, pero eso no
significa que sea competente, solo tuve suerte”.
4.
Razonamiento
emociona.
Usted piensa que algo tiene que ser real porque uno lo siente (en realidad lo
cree tan firmemente que ignora o deja de lado la evidencia de lo contrario).
Ejemplo: “Se que hago muchas cosas bien en el trabajo, pero de todos modos me
siento un fracasado”.
5.
Catalogar. Usted se coloca así
mismo o a los demás una etiqueta global, sin tener en cuenta que todas las
evidencias llevan a conclusiones menos desastrosas. Ejemplo: “Soy un perdedor,
él es un inútil”.
6.
Magnificar/minimizar. Cuando usted se
evalúa así mismo, a otra persona o considera una situación, magnifica enormemente
lo negativo y/o minimiza en gran medida lo positivo. Ejemplo: “El hecho de que
obtuve una calificación mediocre demuestra que soy una inútil. Obtener buenas
notas no significa que sea inteligente”.
7.
Filtro mental
(también denominado abstracción selectiva). Usted presta mucha atención a un
detalle negativo, en lugar de tener en cuenta al cuadro completo. Ejemplo:
“Como me asignaron un puntaje bajo en uno de los ítems de la evaluación, quiere
decir que soy un trabajador incapaz, aunque en otros ítems de la misma
evaluación señalan rendimientos muy buenos.
8.
Leer la mente. Usted cree que sabe
lo que los demás están pensando y no es capaz de tener en cuenta otras
posibilidades. Ejemplo: “El está pensando que no sé nada sobre este proyecto”.
9.
Sobregeneralización. Usted llega a una
conclusión negativa que va mucho más allá de lo que sugiere la situación.
Ejemplo: “Como me sentí incómodo en esta reunión, quiere decir que no tengo
capacidad para hacer amistades”.
10.
Personalización. Cree que los otros
tienen una actitud negativa dirigida hacía usted, sin tener en cuenta otras
posibles explicaciones de los comportamientos. Ejemplo: “El técnico fue parco
conmigo porque yo hice algo incorrecto”.
11.
Afirmaciones del tipo
“Debo” y “Tengo que” (también llamadas imperativos). Usted tiene una idea
precisa y rígida respecto del comportamiento que hay que observar y sobrestima
lo negativo del hecho de no cumplir con esas expectativas. Ejemplo: “Es
horrible haber cometido ese error, siempre debo hacer lo mejor que puedo”.
12.
Visión en forma de
túnel.
Usted sólo ve los aspectos negativos de una situación. Ejemplo: “El maestro de
mi hijo no hace nada bien, es crítico, insensible y no sabe enseñar”.
Ø Preguntas para evaluar la utilidad de los pensamientos
automáticos:
Algunos pensamientos automáticos
pueden ser totalmente válidos. En otras ocasiones, aun después de la
evaluación, el paciente sigue considerándolos válidos, aunque no lo sean. En
estos casos el terapeuta puede ayudar al paciente a determinar el efecto de
esos pensamientos o preguntarle directamente las ventajas y desventajas de
seguir pensando eso.
El terapeuta debe centrar su atención
en el pensamiento automático, y tratar de desentrañar su significado
subyacente.
Ø Determinar la eficacia de la evaluación de pensamientos
automáticos:
Una vez que el terapeuta ha utilizado
preguntas estándar o no estándar para evaluar un pensamiento automático,
procede a determinar la efectividad de la evaluación para decidir qué hacer en
la siguiente sesión. Si el paciente ya no cree demasiado en ese pensamiento o
si su respuesta emocional hacia la idea ha disminuido de manera significativa,
él terapeuta cuenta con los indicios suficientes como para pasar a otro tema.
Ø Valorar la eficacia de la evaluación de un pensamiento
automático:
Si el paciente sigue creyendo
significativamente en su pensamiento automático, y no se siente mejor desde el
punto de vista emocional, el terapeuta trata de comprender por qué su primer
intento de reestructuración cognitiva ha sido suficientemente eficaz.
Las razones más frecuentes que tener
en cuenta son las siguientes:
1.
Existen
otros pensamientos automáticos centrales y/o algunas imágenes que no han sido
identificados o evaluados.
2.
La
evaluación del pensamiento automático no es plausible, es superficial o
inadecuada.
3.
El
paciente no ha expresado suficientemente las evidencias que, en su opinión,
sustentan el pensamiento automático.
4.
El
pensamiento automático mismo es además una creencia central.
5.
El
paciente comprende “intelectualmente” que ese pensamiento está distorsionado,
pero no lo cree en un nivel más “emocional”.
6.
El
paciente descalifica la evaluación.
En síntesis, una vez
evaluado un pensamiento automático, el terapeuta pide al paciente que
cuantifique el grado de creencia en la respuesta adaptativa y el cambio
emocional que ha experimentado. Si la creencia no es fuerte, pero sigue
perturbado, trata de conceptualizar por qué el examen del pensamiento no logró
aliviar la tensión.
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