IDENTIFICACION
Y MODIFICACION DE CREENCIAS INTERMEDIAS
Ø La conceptualización cognitiva:
Se recomienda que el
terapeuta comience completando un Diagrama de Conceptualización Cognitiva en
cuanto haya recopilado los datos de los pensamientos automáticos típicos del
paciente, sus emociones, su comportamiento y/o sus creencias.
El terapeuta puede
contar con datos para completar sólo una parte del diagrama. El diagrama
representa entre otras cosas, la relación entre creencias centrales, creencias
intermedias y pensamientos automáticos. Provee un mapa cognitivo de la
psicopatología del paciente y ayuda a organizar la multiplicidad de datos que
presenta el paciente.
El terapeuta puede
contar con datos para completar sólo una parte del diagrama. En las siguientes
sesiones, podrá controlar con el paciente los datos provisorios o faltantes. El
terapeuta puede compartir con el paciente la conceptualización, con el
propósito de lograr que comprenda el amplio cuadro de sus dificultades.
Diagrama de
conceptualización cognitiva
Nombre del paciente:
_________________________________Fecha:__________
Diagnóstico: Eje
1:_______________________________ Eje II: ______________
Ø
Ø Identificar las creencias intermedias:
¿Cómo identifica el
terapeuta las creencias intermedias? Lo hace de la siguiente forma:
1.
Reconociendo
las creencias que se presentan como pensamientos automáticos.
2.
Proporcionando
la primera parte de una presunción.
3.
Preguntando
directamente sobre una regla o una actitud.
4.
Usando
la técnica de la flecha hacía abajo.
5.
Analizando
los pensamientos automáticos de un paciente, en busca de temas comunes.
6.
Revisando
un cuestionario sobre creencias que el paciente ha respondido.
Se pueden utilizar
las siguientes estrategias:
1.
Primero
el paciente suele articular una creencia como un pensamiento automático
especialmente cuando está deprimido.
2.
En
segundo lugar, el terapeuta puede lograr averiguar una presunción completa
enunciando la primera mitad.
3.
En
tercer término, el terapeuta puede identificar una regla o una actitud
interrogando directamente al paciente.
4.
En
cuarto lugar, más a menudo el terapeuta utiliza una cuarta técnica para
identificar las creencias intermedias. Se trata de la técnica de la flecha
hacía abajo.
5.
Una
quinta manera de identificar creencias es buscar temas comunes en los
pensamientos automáticos que el paciente experimenta en situaciones diversas.
El terapeuta puede pedir a un paciente con buena capacidad de introspección,
que identifique un tema recurrente o que establezca una hipótesis acerca de una
creencia y reflexione sobre su validez.
6.
Una
sexta manera de identificar creencias es preguntarle al paciente directamente.
Algunos pueden expresar sus creencias con mucha facilidad.
7.
Finalmente,
se puede pedir al paciente que complete un cuestionario de creencias como por
ejemplo la Escala de Actitud Disfuncional.
Es decir, en
síntesis, el terapeuta puede identificar creencias, tanto intermedias como
centrales de diversas maneras:
·
Buscando
la expresión de una creencia en un pensamiento automático.
·
Proporcionando
una proposición condicional, que incluya una presunción y pidiendo al paciente
que complete la oración.
·
Preguntando
directamente acerca de una regla.
·
Utilizando
la técnica de la flecha hacia abajo.
·
Reconociendo
un tema que aparezca de manera recurrente en los pensamientos automáticos.
·
Preguntando
al paciente acerca de su creencia.
·
Revisando
un cuestionario de creencias.
Ø Decidir si se debe modificar una creencia:
Una vez que se ha
identificado una creencia, el terapeuta determina si se trata de una creencia
central o si es más bien periférica. Para que la terapia sea lo más eficaz
posible, se limita a las creencias intermedias más importantes.
Una
vez identificada una creencia intermedia importante, el terapeuta decide si va
a exponerla frente al paciente y, en caso de hacerlo, si se limitará a
plantearla como una creencia para trabajar en el futuro o si trabajarán sobre
ella en ese preciso momento.
En
general, el terapeuta no se dedica a la modificación de creencias hasta el
momento en que el paciente ha adquirido las herramientas para identificar y
modificar sus pensamientos automáticos y ha logrado un cierto grado de alivio
de sus síntomas.
Ø
Instruir a los
pacientes acerca de las creencias:
Una vez que se ha
identificado una creencia importante y se ha constatado que el paciente cree
fuertemente en ella, el terapeuta puede decidir instruirlo respecto de la
naturaleza de las creencias en general, usando una específica como ejemplo.
Ø Dar un formato de presunción a las reglas y actitudes:
Una vez que se
identifica una regla o una actitud, el terapeuta puede usar la técnica de la
flecha hacía abajo para acceder a su significado.
Ø Examinar las ventajas y desventajas de las creencias:
A los pacientes en
ocasiones les resulta útil analizar las ventajas y desventajas de mantener una
determinada creencia. El terapeuta se esfuerza por minimizar o descartar las
ventajas y enfatizar y reforzar las desventajas.
Ø Formular una nueva creencia:
Antes de que
el terapeuta trate de modificar la creencia de un paciente, confirma que
se trata de una creencia central y fuerte, y bosqueja en su mente una creencia
más funcional y menos rígida, relacionada temáticamente con ella, pero que
pueda resultar en una mayor satisfacción para el paciente. El terapeuta no la
impone, sino que guía al paciente, usando el cuestionamiento socrático para que
construya una creencia alternativa, puede además instruir al paciente respecto
de la naturaleza de las creencias y/o ayudar al paciente a evaluar las ventajas
y desventajas de mantener la vieja creencia.
Ø Modificar creencias:
Algunas creencias se pueden modificar
fácilmente, pero otras demandan un esfuerzo conjunto durante un período de
tiempo. El terapeuta continúa preguntando sobre la intensidad de una creencia
dada (0-100%) para evaluar si es necesario seguir trabajando sobre ella.
Habitualmente no es posible ni deseable
reducir el grado de la creencia hasta el 0%. Por esto es importante reconocer
cuándo se debe dejar de trabajar sobre una idea. Generalmente, se ha atenuado
una creencia en una medida suficiente cuando el paciente le adjudica menos de un
30% de credibilidad y cuando puede seguir modificando su comportamiento aunque
quede un remanente de la creencia.
Para modificar las creencias se utilizan
técnicas semejantes a las que se utilizan para modificar los pensamientos
automáticos, aunque también se emplean algunas técnicas adicionales, como las
que se consignan a continuación:
1.
Cuestionario
socrático.
2.
Experimentos
conductuales.
3.
Continuum
cognitivo.
4.
Dramatizaciones
racionales-emocionales.
5.
Utilización
de los demás como punto de referencia.
6.
Actuar
“como sí”.
7.
Expresión
de la propia experiencia.
Ø Cuestionario socrático para la modificación de creencias:
El terapeuta se vale
del mismo tipo de preguntas que se utilizan para evaluar los pensamientos
automáticos. Aún cuando el profesional ya haya logrado identificar una creencia
general, estas técnicas ayudan al paciente a evaluarlas en el contexto de
situaciones específicas. Esta
especificidad colabora para que la evaluación sea más concreta y
significativa, y no tan abstracta e intelectual.
Ø Experimentos conductuales para evaluar creencias:
El terapeuta puede ayudar al paciente a
diseñar una prueba conductual para evaluar la validez de una creencia, tal como
lo hace con los pensamientos automáticos. Los experimentos conductuales, si se
los diseña y se los lleva a cabo adecuadamente, tienen más poder para modificar
las creencias del paciente que las técnicas verbales en el consultorio.
Ø Continuum cognitivo para la modificación de creencias:
Esta técnica resulta útil para modificar
tanto pensamientos automáticos como creencias que evidencian un pensamiento
polarizado, cuando el paciente ve alguna cosa en términos de todo o nada.
La técnica del continuum cognitivo a menudo
resulta útil cuando el paciente está evidenciando un pensamiento dicotómico.
Como sucede con la mayor parte de las técnicas, el terapeuta puede instruir al
paciente para que la utilice por su cuenta cuando sea oportuno.
Ø Dramatización racional-emocional:
También llamada punto y contrapunto, se suele
utilizar después de que el terapeuta ya ha probado otras técnicas, es
particularmente útil cuando el paciente manifiesta que intelectualmente se da
cuenta de que una creencia es disfuncional, pero que emocionalmente o
visceralmente la sigue “sintiendo” como verdadera, el terapeuta en primer término,
le explica que van a llevar a cabo una dramatización en la cual el paciente
representará la parte “emocional “ de su mente, que adhiere fuertemente a la
creencia, mientras que el terapeuta va a encarnar la parte “racional”.
Posteriormente intercambiarán los papeles, en ambos segmentos, tanto el
terapeuta como el paciente representan al paciente y usarán ambos la palabra
“yo”.
Ø Utilizar a otras personas como punto de referencia para
la modificación de las creencias:
Cuando los pacientes reflexionan sobre las
creencias de otras personas, muchas veces logran establecer una distancia
psicológica con respecto de sus propias creencias disfuncionales. Comienzan
entonces a percibir una incoherencia entre lo que creen verdadero para ellos y
lo que ven más objetivamente en otras personas.
Ø Actuar “como si”:
Los cambios en las creencias a menudo llevan
a cambios equivalentes en el comportamiento y estos a su vez, corresponden a
cambios en las creencias. Si una creencia es bastante débil, es posible que el
paciente modifique un comportamiento dado rápida y fácilmente, sin necesidad de
demasiadas intervenciones cognitivas. Una vez que el paciente comienza a
cambiar su comportamiento, la creencia se atenúa.
Ø Usar la expresión de la propia experiencia para modificar
las creencias:
Cuando el terapeuta expresa abiertamente su
propia experiencia y hace uso de este recurso en forma adecuada y juiciosa,
puede ayudar a algunos pacientes a ver sus problemas de una manera diferente.
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